
El proyecto consiste en una reforma del madrileño Estadio de Vallecas, hogar del Rayo Vallecano, situado entre tres calles y unos bloques de viviendas. Debido al fuerte sentido de pertenencia del club y su inclusión en el barrio, es muy importante no trasladar el estadio a ningún otro sitio.
Debido a la singularidad de la parcela, no hay espacio para poder construir una grada tradicional en los cuatro lados, por lo que se propone dos gradas de animación muy próximas al terreno de juego y 45 palcos en los dos fondos al estilo de La Bombonera, aumentando en casi un 50% la capacidad.
De esta forma se consigue un mayor ambiente en el estadio al tener aficionados en todos los laterales del campo y se aumentan los ingresos gracias a las nuevas localidades de los palcos sin necesidad de cambiarse de estadio o perder la fuerte identidad del club madrileño.